Los mejores Malbec de esta cosecha presentan una elegancia que solamente se da en añadas frías. Nuestra predicción es que el Malbec de Adrianna, en Gualtallary, y el Malbec de Angélica Sur, en Eugenio Bustos, hacia el oeste y sur del Valle de Uco, tendrán un grado alcohólico de entre 12,5 y 13, con pHs de 3,4-3,5. Estas características se deben a un invierno cálido, seguido de un verano fresco, con un 10 a un 50% más de lluvias de lo habitual durante la etapa inicial de cosecha. En los viñedos Adrianna y Angélica Sur, los suelos pedregosos, con pendiente y excelente drenaje, permitieron que las lluvias tuviesen un efecto des-estresante sobre la vid, facilitando un increíble balance de sabores. Estimamos que los vinos del 2015 serán parecidos a los de la añada 2001, cuando las lluvias causaron gran temor entre los viticultores originando, sin embargo, vinos de excelente potencial de guarda.

Lo clave durante el ciclo vegetativo 2014-2015 fue la “parcelización” y el manejo del viñedo para obtener rendimientos bajos. La división que hemos efectuado en nuestro Viñedo Adrianna, de más de 200 parcelas, resultó clave durante esta añada.

Hubo ciertas dificultades en las áreas con suelos profundos arenosos, que suelen dar alta calidad. Por el contrario, las parcelas de suelo pedregoso y calcáreo dieron vinos espectaculares.

Debido al invierno cálido, la cosecha se anticipó entre 10 a 15 días, y las variedades de ciclo vegetativo corto, como el Chardonnay y el Pinot Noir, dieron vinos maravillosos. Además, al no haber serios problemas de granizo (sin los consecuentes daños y podredumbre de racimos), en las zonas con buen drenaje, no hubo botrytis a pesar de las fuertes lluvias. La variedad más complicada de este año fue el Cabernet Sauvignon, con algunos casos de botrytis. Nuevamente, en aquellos suelos con buen drenaje y sectores podados para rendimientos bajos, se obtuvo un Cabernet elegante y balanceado. Sin embargo, en los suelos arcillosos de Luján de Cuyo y Maipú, sí hubo problemas de podredumbre. El alcance de la madurez y el poder cosechar antes del 10 de abril fueron dos aspectos cruciales de esta cosecha. En Catena Zapata, el contar con nuestro propio equipo de cosechadores y maquinarias, nos permitió cosechar cada viñedo y parcela en el momento preciso.