El verano de 2019 comenzó con temperaturas más cálidas de lo habitual, que descendieron durante febrero. La merma de nieve en los meses de invierno provocó escasez de agua, lo cual redujo los rendimientos entre un 20 a 30%. La falta de lluvias de verano dio como resultado uvas de excelente sanidad. El gran susto de la temporada llegó el 19 de marzo de 2020, cuando el gobierno argentino declaró una cuarentena obligatoria y temimos que la cosecha tuviera que detenerse con algunas de nuestras mejores uvas aún sin cosechar. Finalmente llegó una orden eximiendo al vino como ‘producto alimenticio esencial’, lo cual nos permitió continuar cosechando durante la primera semana de abril.Dra. Laura Catena, Directora General, Alejandro Vigil, Director de Enología y Luis Reginato, Enólogo y Director de Viñedos
En Catena establecimos estrictos distanciamientos sociales y tomamos otras precauciones necesarias - todo el personal de la oficina se mudó a trabajar desde su casa. La bodega fue cerrada a los visitantes unos días antes. Los enólogos no recuerdan una cosecha tan temprana como esta. Las zonas de clima frío y de altura extrema en el Valle de Uco están dando vinos de extraordinaria concentración y textura, y alta acidez (niveles saludables de ácido málico). Nuestro enólogo jefe, Alejandro Vigil, considera que esta es una de las mejores añadas de los últimos 10 años.
La temporada de cosecha 2019-2020 fue extremadamente seca. Las precipitaciones fueron entre un 40% y 70% más bajas que el promedio histórico, dependiendo de la región. El caudal de los ríos fue entre un 40% y un 60% inferior al promedio histórico y un 11% menor con respecto a la temporada pasada. La cosecha 2020 comenzó con un verano cálido, refrescando hacia el final, en febrero.
Si bien la primavera se presentó muy seca, aumentando el riesgo de heladas, afortunadamente no tuvimos temperaturas bajo cero. Excepto el 15 de octubre en el Viñedo Adrianna, donde tuvimos una nevada y la temperatura descendió por debajo de 0 grados. Allí tuvimos daños en el Chardonnay y Pinot Noir, que habían iniciado la brotación. Esta situación redujo el rendimiento de ambas variedades en un 40%. Durante el verano, hubo dos tormentas de granizo en el mismo viñedo - el 21 de noviembre y el 2 de diciembre. Afortunadamente, los lotes de nuestros "Vinos de Parcela", protegidos con redes anti-granizo, no sufrieron daños significativos. Los demás viñedos no se vieron afectados por el granizo o las heladas.
El cuaje de los frutos durante la primavera fue muy bueno en términos generales, aunque los rendimientos cayeron entre un 20 y un 40% debido a la sequía y la escasez de nieve. Si bien los racimos desarrollaron una adecuada cantidad de bayas, se mantuvieron pequeños. Esta fue la principal causa de la reducción de los rendimientos. En 2020, las uvas maduraron entre 20 y 40 días antes de lo habitual, dependiendo de la región y la variedad de uva, como se describe a continuación:
En la "Primera Zona" de Mendoza, las variedades blancas maduraron una semana antes de lo habitual y las variedades tintas dos semanas antes de lo usual. Esto se debe probablemente a la composición de suelo de la región, caracterizada por suelos profundos, compuestos por limo y arcilla, que retienen mayor cantidad de agua. Como resultado, las plantas sufrieron menos estrés hídrico durante el verano, produciendo rendimientos más cercanos a lo normal.
En el Valle de Uco, a mayor altura y con suelos más pedregosos y menor retención hídrica, el estrés se sintió más fuerte. En esta región, las variedades blancas maduraron dos semanas antes de lo habitual (15-20 de febrero en lugar de 27 de febrero-8 de marzo de 2019), disminuyendo los rendimientos un 30% a causa de las heladas primaverales y los factores de estrés hídrico. El Pinot Noir y el Chardonnay maduraron antes y obtuvimos menores rendimientos en ambos. La cosecha de uvas tintas en el Valle de Uco se llevó a cabo un mes antes de lo habitual.
La reducción de los rendimientos, junto a las temperaturas más óptimas para la fotosíntesis y las condiciones generales de sequía, hicieron que tuviéramos 45 a 50 días entre envero y cosecha, similar a regiones vinícolas como Burdeos y Napa, cuando en Mendoza usualmente tenemos el doble de días en este período. Será interesante analizar los vinos del Valle de Uco en el futuro, para evaluar cómo este período más corto entre envero y cosecha afecta los aromas y sabores. En conclusión, las condiciones climáticas y la cosecha temprana nos han permitido finalizar la cosecha antes, lo cual es muy beneficioso dados los desafíos planteados por la pandemia COVID-19.
Desde el punto de vista sanitario ha sido un año impecable. Debido a las condiciones climáticas de la temporada, el momento de cosecha fue clave. Hemos podido obtener vinos de gran concentración y color, y alta acidez, lo que nos permite anticipar un extraordinario potencial de guarda.
Viñedo Angélica Sur (altitud 1090m.):
Las precipitaciones acumuladas disminuyeron 70 mm con respecto al valor histórico (-18%). Las temperaturas de invierno fueron ligeramente más bajas que el promedio histórico y las temperaturas de primavera fueron normales, sin heladas.
Las condiciones generales de sequía y un verano más cálido de lo habitual aceleraron la cosecha. El Chardonnay, que generalmente se cosecha durante la primera semana de marzo, se cosechó este año el 23 de febrero. Los demás varietales maduraron un mes antes, finalizando la cosecha hacia fin de marzo en lugar de fines de abril. No tuvimos tormentas de granizo. El 7 de abril hubo una helada temprana y la temperatura cayó a -1.5 ° C. Afortunadamente, ya habíamos concluído la cosecha.
Viñedo Nicasia (altitud 1095m.):
Las precipitaciones acumuladas disminuyeron 60 mm en comparación con los valores históricos (-20%). El invierno, la primavera y el verano fueron algo más cálidos de lo habitual. No hubo helada ni granizo. Las variedades blancas se cosecharon 15 días antes de lo habitual y las variedades tintas se cosecharon un mes antes.
Viñedo Adrianna (altitud 1450m.):
Las precipitaciones acumuladas disminuyeron 282 mm en comparación con los valores históricos (-70%). Las temperaturas de invierno fueron algo más bajas de lo habitual, con mayor cantidad de días bajo cero. La primavera presentó temperaturas promedio. El 15 de octubre nevó y heló y la temperatura descendió a menos de 0 grados. El Chardonnay y el Pinot Noir, que habían iniciado la brotación, sufrieron algunos daños y se redujeron los rendimientos.
El verano fue más cálido de lo habitual. Tuvimos dos tormentas de granizo el 21 de noviembre y el 2 de diciembre. Debido a que casi todo el viñedo está cubierto con redes anti-granizo, los lotes protegidos con redes sufrieron daños menores. Este viñedo experimentó una reducción general de los rendimientos y las uvas se cosecharon entre dos y tres semanas antes de lo habitual.
Viñedo Gualtallary Alto (altitud 1515m.):
Las precipitaciones acumuladas disminuyeron 193 mm en comparación con los valores históricos (-48%). En invierno y primavera tuvimos temperaturas promedio. El 15 de octubre, el viñedo se cubrió de nieve. Hubo una helada severa, pero la viña se salvó, ya que la brotación aún no había comenzado. Las temperaturas de verano fueron más altas de lo habitual. El otoño también fue más cálido y la cosecha comenzó un mes antes.
Viñedo La Pirámide (altitud 950m.):
Las precipitaciones acumuladas disminuyeron 102 mm con respecto a los valores históricos (-38%). Invierno, primavera, verano y otoño fueron más cálidos de lo habitual. No hubo helada ni granizo. La cosecha comenzó una o dos semanas antes de lo habitual, dependiendo de la variedad.
Viñedo Angélica (altitud 920m.):
Las precipitaciones acumuladas disminuyeron 81 mm con respecto al promedio histórico (-38%). Las temperaturas de invierno fueron más altas de lo habitual. Las temperaturas de primavera y verano también fueron algo más altas de lo habitual, sin heladas. Las temperaturas de verano fueron similares al promedio histórico y el otoño fue un poco más cálido de lo habitual.