La elaboración de vinos mediante cortes de diferentes varietales, diferentes lotes y diferentes cosechas es un arte tan antiguo como el de la enología misma. En Burdeos, el corte de las cinco famosas cepas, Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, Petit Verdot y Malbec, lleva siglos de historia. Durante los últimos 20 años, Nicolás Catena Zapata y su equipo de agrónomos han plantado una enorme cantidad de varietales, incluso de clones distintos en diversos microclimas de la montaña.
La variación de tipos de suelo, temperaturas promedio y amplitud térmica que existen en cada altitud, originan un sinfín de microclimas únicos. Con los años, estas investigaciones han llevado a determinar que el mismo varietal, e incluso el mismo clon, presenta un perfil aromático y de sabores totalmente diferente, según el microclima en que se lo cultive.
La identificación y la valoración de estas diferencias, a veces muy sutiles y otras de gran contundencia, han permitido desarrollar vinos, que en conjunto poseen una expresión mucho más compleja, creativa e intensa que si se evaluaran cada uno de sus componentes por separado.